Fertilización nitrogenada en maíz. Efecto de la fuente, dósis y nutriente acompañante 17-18

INTA EEA Pergamino

INTRODUCCIÓN
En la Región Pampeana Argentina, los cultivos de gramíneas son habitualmente fertilizados con
fuentes nitrogenadas sólidas y líquidas. Estas fuentes varían en cuanto a su composición,
concentración de nitrógeno (N) y otros iones acompañantes, tiempos de disponibilidad y riesgos de
volatilización.

La pérdida de Nitrógeno (N) por volatilización del gas amoníaco (NH3) puede ser la principal
causa de la baja eficiencia de algunos fertilizantes amoniacales. Dichas pérdidas son el resultado de
numerosos procesos químicos, físicos y biológicos, cuya magnitud es afectada por factores de
ambiente, suelo y manejo tales como temperatura, pH del suelo, capacidad de intercambio catiónico
(CIC), materia orgánica, cobertura y calidad de residuos en superficie, viento, tensión de vapor
superficial y la dosis y localización del fertilizante (Hargrove, 1998). Existen sin embargo otras vías de
salida del N, como la lixiviación y desnitrificación. Cuando el N es aplicado en superficie, la
volatilización puede ser evitada usando fuentes nítricas o amoniacales, menos afectadas por este
proceso. En cambio la lixiviación depende de la ocurrencia de lluvias copiosas que generen agua no
retenida en el suelo. Aplicaciones en postemergencia cuando el cultivo se encuentra en activo
crecimiento disminuyen sensiblemente la magnitud del proceso.

La eficiencia agronómica de uso de N (EUN: kg grano : kg N aplicado-1) se podría incrementar
por la inclusión de otros iones que demuestren interacción positiva con este elemento. De este modo,
es posible que a igual dosis de producto comercial, el rendimiento de una fuente balanceada con menor
grado de N supere al de una fuente pura de mayor concentración. Por este motivo, existe una tendencia
creciente a desarrollar formulaciones complejas, que aporten N, azufre (S) y últimamente
microelementos como zinc (Zn).

El objetivo de este experimento fue comparar la respuesta a dosis crecientes de cinco fuentes
nitrogenadas en maíz, comparadas a igual dosis de producto, las cuales alternativamente aportan otros
elementos como azufre (S) o zinc (Zn). Hipotetizamos que: 1. El N incrementa los rendimientos en
forma creciente con la dosis, en un ambiente de mediana productividad y baja fertilidad inicial. 2.
Fuentes nítricas y/o amoniacales expresan un mejor comportamiento en un ciclo seco y aplicaciones
de post-emergencia, cuando el N está más expuesto a volatilización. 3. El aporte de otros elementos
acompañantes como S o Zn incrementa los rendimientos, especialmente en dosis moderadas o altas
que permiten lograr la suficiencia de N.

Palabras clave: maíz, nutrición balanceada, fuentes líquidas, fuentes sólidas, curvas respuesta – dosis

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